Silvia Cormaci de Anti – Slavery International, organización que lucha contra la esclavitud, fue clara en señalar que el trabajo infantil doméstico puede ser una forma de esclavitud: “Especialmente cuando los niños viven con el empleador; en muchos casos no pueden salir, no tienen libertad. Tampoco el niño puede ir a la escuela, les piden estar disponibles las veinticuatro horas del día, no pueden descansar, a veces no tienen camas, la comida es diferente a la que come la familia”
Recibimos los testimonios de nuestros oyentes a través de sus llamadas: “Yo empecé a trabajar desde los quince años, me explotaban, pagaban miserias y a veces ni me pagaban… El Ministerio de Trabajo debería poner más énfasis en investigar los casos, pero también las que trabajan en casa y son menores de edad y son víctimas de abuso, deben denunciar””
Escuchamos también un testimonio de una niña que trabaja en casa: “Yo trabajo con mi tía acá en Lima desde que tengo 7 años, ahora tengo 12 años. A mi mamá no la veo, porque no puedo viajar, ella vive en la sierra. Dice mi tía que cuando tenga mis 18 años, me va a pagar todo junto. Hago muchas cosas en la casa, pero ya no cocino, porque una vez, me quemé el brazo con agua hirviendo.
Limpio, lavo los servicios, lavo la ropa, plancho, hasta paseo al perrito. No tengo cuarto, por las noches hago mi cama en la cocina y cuando me levanto guardo mis cosas en una bolsa. A veces me siento triste, extraño a mi mamá y me pongo a llorar. Ya quisiera tener 18 años para que me paguen y poder irme.”
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